TEMOR A LOS EXÁMENES

Junio es un mal mes.
Nunca he disfrutado de él, pese a que, por ejemplo, es mi cumpleaños.
En junio acaba el curso, se sentencia el esfuerzo de un año...
En junio te examminan.
Y cuando  llegan las fechas de los exámenes aparecen sentimientos de inseguridad, angustia, miedo, bloqueos o pensamientos del tipo 
“no voy a ser capaz de aprobar tal o cual asignatura…”; 
“me pongo a estudiar y me quedo en blanco…”; 
“cuando estoy en un examen soy incapaz de contestar, me quedo en blanco…”, 
Pueden ser ideas acompañadas por sensaciones fisiológicas como temblores, taquicardias, dificultades para dormir. 
Es la ansiedad ante los exámenes. 
Este es un tipo de ansiedad (no de fobia, puesto que en la mayoría de las ocasiones no existe un componente de evitación al estímulo fóbico que impida a los alumnos presentarse a las pruebas de evaluación) asociada a la época de exámenes que provoca dificultades en el acceso a los conocimientos adquiridos para poder utilizarlos en los exámenes. 
Todos necesitamos enrgía para hacer cualquier cosa. A la activación adecuada ante éstas situaciones se le denomina “Motivación”. La Motivación es el impulso que nos induce a ponernos a estudiar, a esforzarnos y “aguantar” durante dos horas seguidas sentados delante del libro. Pero si la activación excede sus límites, nos bloqueamos y nos vemos incapaces de concentrarnos en una sola tarea por más de diez minutos por que enseguida nos asaltan a la cabeza miles de preguntas, de sentimientos de fracaso.

Has participado en clase, has hecho todos los deberes y crees que dominas bastante la materia. 
Pero llega el día el examen. De repente, te quedas completamente en blanco, bloqueado, como si estuvieras congelado, o te pones tan nervioso que eres incapaz de responder a esas preguntas que te sabías la noche anterior.
Si todo eso te parece familiar, es bastante probable que padezcas ansiedad ante los exámenes ,esos nervios extremos que algunas personas experimentan cuando hacen un examen.
La ansiedad ante los exámenes es un tipo de ansiedad de ejecución ,es decir, lo que puede experimentar una persona en una situación donde importa mucho el rendimiento o la correcta ejecución de una tarea o existe una gran presión por hacer las cosas bien. Por ejemplo, una persona puede experimentar ansiedad de ejecución cuando va a salir al escenario en una obra de teatro, cantar un solo en un escenario o hacer una entrevista importante.
Como en cualquier otra situación donde una persona puede experimentar ansiedad de ejecución, en un examen, la ansiedad puede hacer que sienta que se le hace un nudo en la garganta, o tenga molestias gastrointestinales o un dolor de cabeza tensional. A algunas personas les tiemblan y/o les sudan las manos y el corazón les late más deprisa de lo habitual mientras esperan a que les repartan el examen.
La ansiedad ante los exámenes no se debe confundir con hacer mal un examen porque uno tiene la cabeza en otro sitio. La mayoría de personas saben que el hecho de tener otras cosas en la cabeza (como una ruptura sentimental o la muerte de una persona cercana) también puede interferir en la concentración e impedir que hagan bien un examen.
La ansiedad ante los exámenes consiste en una serie de reacciones emocionales negativas que algunos alumnos sienten frente a los exámenes. El miedo a los exámenes no es un miedo irracional, no en vano la actuación en ellos determina gran parte del futuro académico de la persona. Pero como ocurre la mayoría de las veces con la ansiedad, es cuando se da a niveles muy elevados cuando puede interferir seriamente en la vida de la persona.
Esta ansiedad puede ser “anticipatoria” si el sentimiento de malestar se produce a la hora de estudiar o al pensar en qué pasará en el examen, o “situacional” si ésta acontece durante el propio examen.
¿Y qué puedes hacer si te pasa?
APROVÉCHATE DE TU ESTRÉS
El estrés es el mecanismo de aviso de tu cuerpo ,es una señal que te ayuda a prepararte para algo importante que está punto de suceder. Utilízalo en tu propio beneficio: en vez de reaccionar ante el estrés amedrentándote, lamentándote o quejándote del examen con tus amigos, adopta un enfoque activo. Deja que el estrés te recuerde que debes prepararte bien el examen con antelación. Lo más probable es qué así evites que el estrés te domine. Después de todo, a nadie le estresan pensamientos sobre lo bien que le puede ir un examen.
PIDE AYUDA
Si cuando te reparten el examen, te pones tan nervioso que se te queda la mente en blanco y se te olvida una materia que te sabías, probablemente necesitas ayuda para controlar el nivel de ansiedad ante los exámenes. Tu profesor, tu tutor o el psicólogo escolar pueden ser importantes fuentes de información, a quienes puedes acudir si sueles padecer ansiedad ante los exámenes.
USA TÉCNICAS DE ESTUDIO EFICACES



Muchos estudiantes comprueban que su a ansiedad ante los exámenes disminuye cuando empiezan a estudiar mejor o más regularmente. Cuanto mejor te sepas la materia, más seguro te sentirás y esperarás hacerlo mejor. Si esperas hacerlo bien, estarás más relajado mientras haces el examen después de los primeros momentos de nerviosismo. Son muy importantes los buenos hábitos de estudio y las buenas técnicas de estudio.

OJO CON EL EFECTO PIGMALIÓN


Si te das cuenta de que estás teniendo pensamientos negativos sustitúyelos por pensamientos positivos. Por descontado, no los sustituyas por mensajes positivos que no sean realistas, sino por mensajes prácticos y verdaderos, como: “He estudiado y me sé la materia, de modo que estoy preparado para hacerlo lo mejor que puedo”.
Si el hecho de esperar hacer bien un examen te puede ayudar a relajarte, ¿qué ocurrirá cuando esperes hacerlo mal? Fíjate en cualquier mensaje negativo que te puedes estar enviando a ti mismo, ya que ese tipo de mensajes pueden contribuir a tu ansiedad.
ACEPTA TUS ERRORES
Intenta relativizar los errores que cometas, sobre todo si eres muy perfeccionista y tiendes a ser muy crítico contigo mismo. Todo el mundo comete errores, y tal vez hayas oído en boca de tus profesores que los errores son “oportunidades de aprendizaje”. Aprender a tolerar los errores sin importancia, como el problema que hiciste mal en el examen sorpresa de matemáticas, es una facultad muy valiosa.
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GESTIONA BIEN TU TIEMPO


Planifica con tiempo tus objetivos a corto, medio y largo plazo, de tal manera que seamos capaces de prever aquello que vamos a estudiar por días, semanas y meses.
Los objetivos deben ser cuanto más realistas, mejor, evitando así el sentirnos frustrados con facilidad por no haber cumplido aquello que habíamos planificado.

VIGILA TUS IDEAS PARA EVITAR DISTORSIONES COGNITIVAS:
Sobregeneralización: Es decir, interpretar los sucesos negativos como modelos de derrota. Por ejemplo, creer que suspender un examen implica no aprobar ninguno más.
Magnificación y/o minimización: magnificar tus errores y los éxitos de los demás y minimizar tus éxitos y los errores de tus compañeros. Si suspendes, es un fracaso, pero si lo hacen tus compañeros no lo ves así; sin embargo, cuando apruebas piensas que es producto de la suerte.
Abstracción selectiva: poner toda la atención en un detalle, sacándolo de contexto. Me estoy examinando y no recuerdo una pregunta, eso significa que voy a suspender.
Error de adivinar el futuro: las cosas siempre van a salir mal, sin darse la posibilidad de que sean neutrales o positivas. Un ejemplo típico de esta distorsión es pensar que irremediablemente se tiene que suspender un examen aun habiendo estudiado.







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