1. Los refuerzos deben ser inmediatos. Las contingencias que apliquemos a la conducta del niño deben ser al momento, no demorarse en el tiempo.
2. Dar feedback (retroalimentación) con mucha frecuencia. Retroalimentar se refiere a hacer comentarios al niño sobre la adecuación o no de su conducta en cada momento y en cada contexto y de manera contingente (próxima en el tiempo en que ocurre).
3. Las recompensas deben ser más duraderas y eficaces. Es conveniente dedicar el tiempo que haga falta a reflexionar y planificar sobre las recompensas más adecuadas.
4. Mejor aplicar recompensas a la conducta deseada que castigos a la conducta a evitar.
5. Es conveniente hacer referencias al tiempo (por ejemplo: avisar que queda poco tiempo para jugar y empezar con la tarea) y tender puentes cuando sea necesario (relacionar y anticipar tareas).
6. También es necesario concretar la información más importante de la tarea. Hacer énfasis en aquellos aspectos más importantes, más de lo habitual, así se evitan errores.
7. Explicar la fuente de motivación del trabajo. Recordar la consecuencia positiva pactada por la realización de una determinada tarea.
8. Hacer más tangible los pensamientos y la resolución de los problemas. Resulta muy útil acostumbrarse a verbalizar los pensamientos y los pasos para resolver un problema, para que el niño lo tenga como modelo y a la vez facilitar que él mismo use esta estrategia.
9. Ser coherente. Actuar de forma consecuente, es decir cumplir los pactos además de utilizar el mismo criterio para las situaciones que puedan surgir en el tiempo.
10. Actuar más que quejarse.
11. Planificar con antelación las situaciones problemáticas. Usted conoce a su hijo y si le presta atención a su conducta va a poder detectar las características de las situaciones en las que el niño tiene problemas, por ello, es bueno avanzarse a los problemas.
12. Mantener la perspectiva de sus dificultades. No culpabilizar al niño, puesto que a los niños con problemas de hiperactividad les cuesta mucho hacer cosas que la mayoría de los otros niños hacen sin problemas. Tener presente que se trata de un problema de base neurobiológica, que no pueden controlar.
13. No personalizar los problemas y el trastorno. Tal y como se menciona en el punto anterior no hay que culpabilizarse ni culpabilizar al niño o a otros. Recordar el punto 10.
14. Sea indulgente. Cuando no sea necesario, no sea demasiado exigente con su hijo, escoja aquellos 2 ó 3 aspectos concretos que considera prioritarios, que más interfieren, y sea más permisivo con otras conductas.
no se puede leer casi nada la tipologia de la letra dificultan, lastima por parece ser una pag. muy interesante
ResponderEliminarHola, Francis, gracias por comentar. Le voy a aumentar el tamaño de la letra a ver si es más legible.
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