Michael Phelps nació en Baltimore, (Maryland EE.UU.), en 1985, en la actualidad, es considerado el mejor nadador de la historia y ha conseguido 6 oros y 2 bronces en Los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y 8 medallas de oro en Los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008.
En total, posee 16 medallas olímpicas en su palmarés con sólo 24 años.
A Phelps le diagnosticaron un Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) a los 9 años.
Su profesora cometió el grave error de comentarle a su madre que jamás sería capaz de llegar a lograr grandes éxitos por su “incapacidad para concentrarse”.
Los especialistas médicos ratificaron el diagnostico: “Señora no se puede hacer nada. Este niño padece Déficit de Atención e Hiperactividad. Michael no trabaja, Michael tiene dificultades, Michael no puede.”, afirmó el doctor Charles Wax.
Michael se preguntó:
“¿Y vosotros quiénes sois para decirme lo que puedo llegar a hacer?”
Michel era muy distraído, pero esa frase se le quedó gravada… porque la escuchó muy bien y contra todo pronóstico alcanzó su meta: Ganar.
Tenía tres hermanos y sus padres se separaron cuando él era muy pequeño. Su padre le dejó de lado, según él mismo explica en su biografía.
A los nueve años comenzó a nadar. A los once ya entrenaba dos horas al día, creciendo su capacidad para competir. “Yo quería ser el primero en algo”, señala este medallista.
No quería palabras, quería hechos.
“Y ahora que me digan que nosotros, los que sufrimos un trastorno médico no podemos, son algunas personas las que intentan apartarnos del camino simplemente porque padecemos una patología, nos arrinconan y estoy seguro de que a algunos que nos consideran enfermos, si nos dan alguna posibilidad, podemos llegar a lograr cosas mucho más importantes sin necesidad de dar tantas explicaciones”, afirma el norteamericano.
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