La relación entre nosotros, padres y nuestros hijos es fundamentalmente afectiva.
El principal papel que jugamos en sus vidas es darles afecto y apoyo de un modo explícito.
Concretando: nuestros hijos necesitan que seamos cariñosos, detallistas, que juguemos con ellos, que les dediquemos
tiempo.
El afecto no se suple con objetos materiales.
nuestro deber es enseñarles a identificar y nombrar diferentes emociones: tristeza, alegría, aburrimiento, enfadado, ilusión, pena, preocupación... El niño DEBE aprender a identificarlas en él mismo, a nombrarlas y
reconocer las circunstancias que le hace sentir así
Comentarios
Publicar un comentario