Es frecuente usar expresiones como:
"Pórtate bien", "Sé bueno", o "No hagas eso".
Estas expresiones significan diferentes cosas para diferentes personas.
Nuestros hijos nos entenderán mejor si marcamos nuestras normas de una forma más concreta.
Un límite bien especificado con frases cortas y órdenes precisas suele ser claro para un niño. Ejemplos:
"Habla bajito en una biblioteca";
"Da de comer al perro ahora";
"Cógeme de la mano para cruzar la calle"
Estas formas de decir las cosas pueden aumentar sustancialmente la relación de complicidad con tus hijos.
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