SÍNTOMAS DEL TDAH EN ADULTOS


El TDAH es hereditario, lo cual significa que detrás de un niño afectado es muy probable que haya un padre o madre con un TDAH “secreto”, no diagnosticado.
Si tienes un hijo con TDAH examina si reconoces en ti mismo algunas de estas características:

- Eres una persona “con mucha energía” que está “siempre en marcha”
- Hablas excesivamente
- Interrumpes para responder antes de que hayan terminado de formularte la pregunta.
- Además te entrometes frecuentemente en conversaciones ajenas.
- Eres impaciente y te cuesta esperar el turno en situaciones de grupo (se te hace pesado hacer cola en una tienda o no soportas un atasco en la carretera)
- Cometes errores o descuidos en el trabajo, porque eres desorganizado, te distraes fácilmente, o tienes problemas de concentración para aquellas actividades que encuentras aburridas.
- Eres una persona soñadora
- Parece que no escuchas cuando se te habla.
- Sueles empezar muchos proyectos al mismo tiempo, aunque tienes problemas para finalizarlos,
- Tienes tendencia a aplazar las tareas que no te gustan hasta el último momento.
- Inviertes mucho tiempo al día buscando las llaves, las herramientas, la cartera o la agenda.
- Se te tacha de olvidadizo porque con facilidad olvidan nombres o cosas.
- Tienes dificultades para estar sentado sin moverte o sin juguetear con las manos y los pies.
- Tu pareja suelen comentarte que te mueves excesivamente mientras duermes.
Además de toda esa sintomatología, es probable que tengas una menor estabilidad laboral, que hayas cambiado muchas más veces de empleo que tus familiares o amigos, y te caracterices por cometer más descuidos y errores en el desarrollo de tu trabajo.

Pero a mi modo de ver eso en sí no es el problema: la dificultad verdadera es que si eres adulto y tienes TDAH el camino a que te lo diagostiquen (al menos mediante el sistema sanitario público) son arduas y escasas.

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