LAS PRINCIPALES FUNCIONES COGNITIVAS


Las funciones cognitivas son las funciones que cotidianamente desarrolla el cerebro. Se concretan en: memoria, atención, lenguaje, funciones ejecutivas y funciones visoespaciales.
Es decir que las funciones cognitivas nos permiten realizar actividades como diseñar un itinerario, recordar un número de teléfono, reconocer un rostro, el cálculo mental, conducir, tocar el piano o simplemente leer. Son, pues, el pilar del pensamiento, de la acción y de la comunicación.
La memoria está omnipresente en la vida cotidiana. Nos permite mantener cualquier tipo de información (recuerdos personales, conocimientos culturales, los procedimientos automáticos ...) durante unos períodos de tiempo más largos o más cortos (unos pocos segundos a la vida). La memoria verbal permite almacenar, por ejemplo, una serie de palabras y recordarlas a los pocos minutos. Algunas personas almacenan material visual más fácilmente que el material verbal. Una forma de optimizar el registro y la recuperación de la información verbal es asociar cada palabra para recordar una frase o una imagen creada mentalmente. La memoria visual es muy dependiente de las habilidades de atención, ya que requiere un análisis constante de los elementos visuales que nos rodean. Te permite encontrar la ubicación sin problemas de varios objetos, para recordar los detalles exactos de una imagen que se ha visto, o de una persona que acaba de cruzar.

La atención es una función cognitiva compleja y esencial en el comportamiento humano. La mayoría de las actividades del cerebro requieren una alta concentración, tanto para el almacenamiento de información, la comprensión de un texto o la búsqueda de una cosa en particular. De hecho, cada información de última hora, más o menos importante de nuestro medio ambiente se presenta a nuestros sentidos. Sin embargo, es imposible tratar en detalle toda esta información simultáneamente. La atención selectiva permite seleccionar entre toda la información recibida aquella que es importante y priorizarla, de acuerdo a su relevancia para la acción o con respecto a nuestras expectativas. Permite que nos concentremos en un artículo en particular obviando otro material mentalmente irrelevante. Por tanto, es esencial para la acción y el funcionamiento cognitivo en general.

Funciones del lenguaje: Facilitar la comprensión y expresión oral y la escritura son esenciales para los seres humanos, incluyendo la comunicación con los demás. Por ejemplo, en la comprensión de un texto escrito, nuestra capacidad de razonamiento deductivo e inductivo, se trata de que nos permitan extraer el significado de que no está expresamente por escrito. Así que después de leer las siguientes frases "Lavé la ropa esta mañana. Estaba mojada", se deduce que la ropa se dejó tendida y llovió mucho durante la noche. Se crea lo que se llama inferencia, es decir, que a través del razonamiento, se comienza con una idea para llegar a otra idea relacionada con ella.

Las funciones ejecutivas desarrollan la lógica, estrategia, planificación, resolución de problemas y el razonamiento deductivo. Organizar permite, por ejemplo, definir un programa de acciones y cumplir con las prioridades, sin distracciones. Cuando se necesita resolver un problema, por lo general pasa por varios pasos lógicos:
- Análisis de la meta que queremos alcanzar
- Análisis de los elementos a ser considerados como los recursos disponibles, las limitaciones o procedimientos que deben seguirse
- Evaluación de las dificultades o incidencias que pudieran producirse
- Los métodos de investigación que utilizan para el tratamiento de diversos factores para integrar
- Evaluación comparativa de los efectos probables de las diversas soluciones que pensamos.
La imagen mental es muy importante en la estrategia, ya que permite traducir la situación de virtual en el futuro para imaginar o anticipar los escenarios posibles.

Las funciones visoespaciales pueden orientarse en el espacio, para percibir objetos en nuestro entorno y para organizarlos en una escena visual coherente, de imaginar un objeto mental físicamente ausente. Las imágenes mentales, por ejemplo, participan activamente en el proceso del pensamiento, en sueños, en la solución de problemas (como la aritmética mental), en previsión de los acontecimientos (como en el ajedrez), en de memoria (por ejemplo, rutas), en la comprensión de una descripción verbal, en el razonamiento, en reconocimiento de los objetos que se presentan en orientaciones inusuales 

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