DECÁLOGO PARA LAS FAMILIAS CON NIÑOS QUE TENGAN DISLEXIA O TDAH


Aceptar y conocer el trastorno. Una vez has logrado el diagnóstico, ya tienes hecho lo más difícil. Identificado el enemigo,  encontrado el problema, podemos aplicar la solución.


Reforzar lo positivo y obviar lo negativo. Reinventemos la familia. A través de la observaciín de nuestras propias conductas, reflexionemos sobre sus consecuencias, para conocer y trabajar nuestras fortalezas y nuestras debilidades.

Establecer unos límites y normas y las consecuencias de no cumplirlas. Cualquier niño debe tener claro cuáles son las normas a cumplir, y para ello se tienen que prefijar con antelación mediante consenso. Deben ser  pocas y claras y  estar en lugar visible siempre.

La comunicación debe ser asertiva y empática, evitando cualquier tipo de mensaje critico ante sus fracasos e intentando ponerse en el lugar de los niños.


Establecer planificaciones diarias. Hay que organizar diariamente el tiempo y asignar un espacio creando rutinas. Esto  facilitará la adquisición de hábitos de autonomía en los niños.


Distinguir persona de conducta. No debemos olvidar que estos niños tienen la autoestima debilitada debido a todos los fracasos que han ido acumulando en su vida, por eso cuando les hagamos una crítica, esta debe ir dirigida a su conducta. Por ejemplo, le diremos: “tu cuarto esta desordenado”, en vez de “Eres un desordenado”.

No olvidar que los padres son sus mejores modelos a seguir. Nosotros debemos ser su guía en sus actuaciones día a día. Y ser modelo es difícil. Requiere coherencia y voluntad... Pero sin agobios: es bueno que vean que tampoco somos perfectos y que a veces tenemos la humildad necesaria para pedir perdón.

Contacto continuo entre familia y colegio. La coordinación y la intervención en ambos ámbitos será la mejor herramienta para paliar las dificultades que se irán encontrando a lo largo de su vida escolar.

Mejorar su autoestima. Es necesario compensar sus dificultades proporcionando los apoyos necesarios. Es bueno hacer hincapié en sus potencialidades. También debemos exigirles, aunque siempre en función de sus posibilidades.

Paciencia y constancia serán fundamentales para conseguir nuestros objetivos y unas mejores relaciones familiares.

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