LA CALCULADORA


Las cosas más sencillas, las que se entienden con el mero sentido común, se complican a veces extraordinariamente.
Por ejemplo, una profesora de mates, que además es psicopedagoga, que se hace cargo de un grupo de refuerzo, no permite que una alumna disléxica con rasgos discalcúlicos use la calculadora...
Nos deniegan las subvenciones, no tienen en cuenta nuestras diferencias ni nos permiten usar la más simple de las tecnologías...
¿La razón?
Que los demás alumnos se quejarán por el “privilegio”
Que los niños miopes vayan sin gafas, que todos se quiten los braquets y que si alguno lleva una pierna artificial que no se la ponga para ir al cole, no vaya a ser que el resto de los alumnos proteste... 

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