PIGMALIÓN

Ovidio, poeta latino, escribió en “Las Metamorfosis” la historia de Pigmalión.
Pigmalión era un rey que decidió no enamorarse nunca. Un día comenzó a esculpir una estatua de marfil y a darle la forma de una mujer, encerrándose en su estudio para no ser interrumpido. Cada día, el rey trabajaba modelando con sus manos la figura de una mujer muy hermosa y, sin darse cuenta, un sentimiento empezó a nacer dentro de su ser. Al acabar su obra el rey ya no pudo resistirse a sus sentimientos y cubrió a la estatua de besos y abrazos. Extasiado, pasaba largas horas contemplando la figura, vistiéndola y desvistiéndola, imaginando cómo sería el sentirla entre sus brazos. La fría realidad solo hacía que Pigmalión aumentase la desesperación y el deseo. Estaba irremediablemente enamorado.
Pigmalión finalmente rogó a Afrodita, esta oyó su súplica y le concedió su deseo y añadiendo además el don de la fertilidad. Pigmalión desposó a su amada, llamada Galatea, y tuvieron a Pafos, de la cual se hereda el nombre para una de las islas griegas más hermosas.

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