EL SISTEMA EDUCATIVO FINLANDÉS


En “La Contra” de la Vanguardia del 14 de enero de este año Lluís Amiguet entrevistó a Timo Riiho, catedrático finlandés de Lenguas Iberorrománicas, que analiza la educación finlandesa, la mejor de Europa según la OCDE. Timo Riiho tiene 61 años y apariencia de fraile capuchino. Afirma que un buen profesor es quien sabe aprender y cada vez lo disfruto más. E define como luterano sin fervor y políticamente liberal, ni de izquierdas ni de derechas.

La evaluación PISA que se hace en la OCDE califica a los estudiantes finlandeses como los mejores de Europa. El secreto desde luego no está en que sus profesores cobren más ni en que sus aulas estén mejor dotadas. Más bien se trata de que los finlandeses no hacen política con su educación, que es pública y gratuita, y que exigen a los profesores más titulación, idiomas y especialización que otras naciones . Por eso el docente finlandés no es socialmente considerado un “maestrillo de escuela” sino que goza de reconocimiento social.
Según Riiho, en Finlandia la educación no es una pieza en manos de loas partidos políticos. En cambio aquí, cada vez que gana el PP o el PSOE se quiere cambiar de arriba abajo el sistema educativo. 
La educación es demasiado importante para dejarla en las manos de los políticos y debe gozar de un consenso a prueba de elecciones.
Riiho define la buena educación como aquella que no deja a nadie atrás. 
A nadie. 
En Finlandia, el 99,9 por ciento de la educación es pública y gratuita, pero pública no quiere decir burocrática: la sociedad civil se implica en su gestión. Está financiada a medias por el Estado y los ayuntamientos. 
No es una financiación apabullante, de hecho Riiho reconoce que ahora mismo, gracias a la crisis, es probable que se aumente el número de alumnos por aula hasta cuarenta.
En cuanto a la titulación requerida para ser maestro, es preciso haber obtenido la licenciatura en Pedagogía, pero además la mayoría completa otra licenciatura en una materia específica: Exactas, Física, Biología, Lingüística... Muchos obtienen el doctorado antes de empezar a enseñar y existe una considerable y muy útil proporción en el aula de especialistas en problemas del lenguaje y en trastornos del aprendizaje. 
Además han de dominar tres idiomas: Como Finlandia es un país bilingüe, los profesores tienen que hablar perfectamente las dos lenguas del país: sueco y finlandés. Además, deben hablar inglés.
Esa exigencia se traduce en que no hay fracaso escolar tal como lo entendemos aquí. 
Cuando un niño se queda rezagado, el pedagogo, que es el propio profesor, interviene. Los niños con menos capacidades no se segregan, porque incluyéndolos con los demás mejoran y los mejores aprenden aún más al tener oportunidad de ayudarles.
En cuanto a la formación profesional Finlandia tiene un sistema muy flexible que permite compaginar las enseñanzas profesionales con las académicas: el paso de un ciclo a otro es habitual.
Riiho apunta también que en Finlandia la inmigración es casi inexistente (Cosa que favorece la escolarización). Sin embargo critica la idea de que la familia finlandesa delega demasiado en la escuela y eso produce que, aunque los niños finlandeses saquen buenas notas en el Informe Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA) de la OCDE y sean chavales bien formados intelectualmente, no siempre son bien educados.

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