CONSIGUE UNA MEMORIA ASOMBROSA


Cuando Dominic O'Brien vio a Creighton Carvello memorizar en menos de tres minutos la secuencia de 52 cartas de una baraja, su vida cambió. Corría el año 1987.


Dominic O’Brien, sufre dislexia y trastorno por déficit de atención y padeció sus consecuencias durante toda su escolarización. El ejemplo de Creighton Carvello le llevó a desarrollar un sistema de reglas mnemotécnicas que le ha permitido ganar en ocho ocasiones el campeonato mundial de memoria.
En el libro Consigue una memoria asombrosa (Paidós, 2012), O’Brien comparte de forma muy práctica las técnicas que le han ayudado a tener una memoria excepcional. En sus páginas se incluyen quince ejercicios que trabajan aspectos específicos de la memoria y animan a practicar habilidades o repetir ciertos desafíos, que al lector pueden venirle bien tanto para "lucir" su memoria como para desenvolverse mejor en el día a día. Después de todo, O’Brien ha comprobado por sí mismo que una memoria potente y que funciona a pleno rendimiento no solo es un instrumento práctico que mejora la vida cotidiana, por ejemplo a la hora de hacer la compra, llamar a un conocido en su cumpleaños o encontrar las llaves. También aporta confianza y seguridad, ayuda a desenvolverse en contextos sociales, a dar un discurso o a rendir en el trabajo. Incluso a ser más creativos porque, como muestra el autor en su propuesta de entrenamiento, “para desarrollar la memoria se activan al máximo los recursos de la imaginación”.

Como concluye O’Brien, del mismo modo que los deportes ejercitan el cuerpo, aprender el orden de cincuenta y dos naipes ejercita el cerebro. Y además cada vez hay pruebas más numerosas de que el entrenamiento de la memoria funcional aumenta “la inteligencia fluida, es decir, las funciones cerebrales que nos permiten pensar lateralmente para solucionar un problema sin ajustarnos necesariamente a patrones preestablecidos”.

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