EL PROCESO DE ESCRIBIR PALABRAS


Cuando eras niño, sin ser consciente de ello, aprendiste a leer y escribir. Tu maestra, consciente o no de ello, aplicó para eso un método u otro. Si todo funciona bien, parece que leer y escribir sea "natural"
Pero
¿Te has preguntado alguna vez cómo la mente procesa las palabras a la hora de escribir?

Lo más fácil es el dictado: simplemente reproduces lo que oyes.
Pero, a parte de esto, en la escritura de palabras aisladas se sigue el proceso siguiente:

Se parte del significado que se quiere expresar.
Se eligen las palabras que representan ese concepto.
Comienzan a intervenir los mecanismos específicos de escritura para obtener la forma escrita de la palabra.
Para este último paso se puede usar dos vías:
  1. La ruta fonológica
  2. La ruta ortográfica.

1) La ruta fonológica, indirecta o no léxica:
- Toma la palabra y la descompone en los diferentes fonemas que la forman.
- Utiliza las RCFG, (Reglas de Conversión Fonema Grafema) para codificar cada fonema con el signo gráfico que lo representa.
Esta vía es fundamental para aprender a escribir y para la correcta escritura de pseudopalabras y palabras infrecuentes. Por eso el buen uso de esta ruta asegura el éxito en la escritura en lenguas trasparentes, pero en el caso de las lenguas semitransparentes como el español, y más aún, en las lenguas opacas como el inglés, sería insuficiente para escribir correctamente.
Un niño/a con esta ruta alterada tendrá dificultades para:
  • Escribir palabras que suenan igual pero que se escriben con ortografía diferente, (ejemplo: kastiyo)
  • Escribir palabras irregulares, (ejemplo: jallogüín)
  • Diferenciar entre palabras homófonas, (ejemplo: vaca-baca).

2) La ruta ortográfica, directa, visual o léxica.
La vía ortográfica es la que utilizamos para escribir palabras, que tenemos guardadas en nuestro almacén léxico ortográfico o grafémico, de forma directa. Para tener almacenada la representación ortográfica de una palabra es necesario haberla leído, razón por la que se insiste en las ventajas de leer mucho. Es obvio que un lector experto tendrá más palabras almacenadas en su léxico ortográfico que otro novato.
Esta vía es fundamental para la correcta escritura de:
  • Palabras con ortografía arbitraria.
  • Palabras irregulares
  • Diferenciación entre homófonas
Un niño/a con esta ruta alterada tendrá enormes dificultades con la ortografía arbitraria por dos razones:
1) No conseguirá almacenar la forma ortográfica de las palabras aunque las lea con mucha frecuencia.
2) Tendrá dificultades para la escritura en otras lenguas no transparentes, por ejemplo el inglés o el francés, ya que tenderá a escribir las palabras irregulares de estos idiomas utilizando las RCFG, que son su única herramienta disponible, (Es decir, escribirá “faiv” en vez de “five” o “grin” en vez de “green”).


La existencia de estas rutas está avalada por numerosas investigaciones, por ejemplo Cuetos, 1991; Ellis, 1990; o Valle-Arroyo, 1989.

Cuando un niño tiene dificultades en alguna de estas rutas (o en ambas) comete errores frecuentes. Los maestros lo atribuyen al despiste, al desinterés o a la falta de esfuerzo del niño/a y retenden corregir el problema haciendo copiar la palabra equivocada del dictado tres, cinco, diez veces método excelente para la ruta ortográfica visual en alguien que no la tenga alterada, pero totalmente inútil si esa vía no funciona bien.
Por poner un ejemplo gráfico: si tienes un agujero en el bolsillo, se te escaparán por él las monedas, por mucho interés que pongas en recogerlas y mucho que te esfuerces por conservarlas.

Los niños con disgrafía visual no cuentan con un almacén grafémico donde guardar la forma ortográfica de las palabras, por lo que hay que trabajar la ortografía con metodologías alternativas.

Si hablamos del aprendizaje de lenguas extranjeras se debe dar prioridad absoluta al aprendizaje oral de dicha lengua, a la ampliación de vocabulario oral y al aprendizaje funcional comunicativo de la lengua, antes de insistir en la correcta escritura de esta. Una diferencia fundamental para que los niños con dislexia no consideren que el aprendizaje de una lengua extranjera es una meta inalcanzable para ellos.
Obviamente los niños con disgrafía ortográfica, que tienden al uso exclusivo de las RCFG para la escritura, pueden cometer numerosos errores cuando su dialecto difiere de la representación ortográfica de su lengua. Por ejemplo los niños/as andaluces, suelen omitir las consonantes finales.
En el caso de niños/as de comunidades con dos lenguas oficiales como en Cataluña, estos suelen decodificar ambas lenguas utilizando las mismas RCFG por lo que cometen numerosos errores en la escritura.

Otra característica de la disgrafía ortográfica es que los afectados son muchísimo más lentos a la hora de escribir palabras o textos. El motivo es que no tienen automatizada la forma ortográfica de las palabras y deben recurrir constantemente a la conversión fonema-grafema, lo que provoca que no puedan seguir un dictado a la misma velocidad de sus compañeros, que empleen numerosos recursos cognitivos para la codificación perjudicando la capacidad de memoria, la atención, la comprensión… y, en general, que tarden mucho más que sus compañeros en realizar cualquier actividad que implique la escritura y que tengan que dedicar un esfuerzo mucho mayor, lo cual les resulta muy agotador.

En niños con disgrafía fonológica existirán numerosas dificultades para ir almacenando la adecuada forma ortográfica de las palabras en el almacén de léxico ortográfico porque tendrán dificultades para escribir cualquier palabra por primera vez y cometerán numerosos errores en inversiones, sustitución, omisión y adicción de fonemas y grupos consonánticos, principalmente en palabras nuevas, infrecuentes y largas.

Además de todo eso la digrafía fonológica, provoca errores en la escritura, confusión entre grafemas, omisiones e inversiones y dificulta el aprendizaje inicial de la asociación entre los símbolos escritos o grafemas y los sonidos de estos o fonemas, por tanto, los niños que tienen dificultades en la ruta fonológica presentarán enormes problemas para aprender el sonido de una letra y viceversa.

La alteración de cada vía provoca determinadas dificultades en la escritura, per es que además, en numerosas ocasiones existe una disgrafía mixta, por lo que estos alumnos/as tendrán una combinación de errores y dificultades de mayor complejidad.

En niños sin dificultades específicas de aprendizaje (DEA), estas rutas funcionan adecuadamente, por lo que el proceso de escritura de palabras aisladas se adquiere y automatiza correctamente permitiendo que el niño/a acceda a niveles superiores de composición de textos.

Y por último, para superar el proceso de escritura de palabras aisladas es necesario adquirir y automatizar los procesos motores, siempre que la escritura sea manual.
Estos procesos requieren dos condiciones; 
Que la forma de las letras y sus alógrafos estén almacenadas en el almacén de patrones motores gráficos de la MLP, donde se guarda la forma, dirección, secuenciación, tamaño y demás rasgos de las letras 
Que se desarrolle una adecuada coordinación grafomotora fina para dirigir el trazo, circunstancia que suelen lograr todos los niños/as mediante la práctica si no existen dificultades motoras graves.

Hay que tener en cuenta que cuando el problema de escritura manual está provocado únicamente por dificultades caligráficas, no es disgrafía sino que se incluye dentro de los trastornos del desarrollo de la coordinación.

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